Internet trae fácilmente la emoción de una cultura diferente, presente al otro lado del mundo, a tu puerta. Podemos encontrar lo último en moda, música, arte, viajes, famosos, deportes... el cielo es el límite, a solo unos clics de distancia. Pero ¿con qué frecuencia interactuamos realmente con el mundo que está justo al otro lado de la puerta?
Si bien navegar por internet puede ampliar nuestro conocimiento del mundo, nada reemplaza una conexión positiva, física, social y emocional con la comunidad que nos rodea. Fortalece nuestro sentido de propósito. Saber que somos importantes y que lo que hacemos por la comunidad en la que vivimos es importante.
Cuando contribuimos al bien común, solemos desarrollar una sensación de fuerza interior y empoderamiento personal. Este empoderamiento tiene la capacidad de transformar nuestras vidas y hacer del mundo un lugar mejor.
Es un pensamiento increíble… Cuando damos a los demás en nuestra comunidad, cuando somos desinteresados, ese simple acto tiene el poder de aumentar nuestro sentido de autoestima y nuestro bienestar general.
Haciendo la diferencia
