Comprensión de la epidemiología de las migrañas

Understanding the Epidemiology of Migraine Headaches

Introducción

La migraña es una afección neurológica compleja que afecta a más de mil millones de personas en todo el mundo , lo que la sitúa entre los trastornos más prevalentes e incapacitantes del mundo (GBD 2019 Diseases and Injuries Collaborators, 2020). A pesar de ello, las migrañas siguen siendo ampliamente incomprendidas. A diferencia de las cefaleas comunes, las migrañas suelen presentar dolor debilitante y síntomas neurológicos que pueden afectar drásticamente la calidad de vida. Comprender la epidemiología, los desencadenantes y las fases de la migraña , junto con los tratamientos actuales, puede empoderar a los pacientes y a sus cuidadores para buscar la atención y el alivio adecuados.


¿Qué es una migraña?

La migraña se clasifica como una cefalea primaria , que se distingue por cefaleas recurrentes, de moderadas a intensas , típicamente pulsátiles , unilaterales y acompañadas de síntomas como náuseas, vómitos, fotofobia y fonofobia (Lipton et al., 2007). En muchos casos, las migrañas pueden incluir un aura visual o sensorial, que sirve como señal de alerta antes de que comience el dolor. Los ataques de migraña suelen afectar el funcionamiento diario, la interacción social y la productividad laboral.


Epidemiología: ¿Quiénes se ven afectados?

A nivel mundial, las migrañas son una de las principales causas de discapacidad, afectando a aproximadamente el 14,4 % de la población mundial . Esto las sitúa entre los trastornos neurológicos no transmisibles más prevalentes a nivel mundial (Steiner et al., 2020). Según los datos de la Carga Global de Enfermedad (GBD), las migrañas se sitúan sistemáticamente entre las 10 principales causas de años vividos con discapacidad (AVD) , lo que pone de relieve su profundo impacto no solo en las personas, sino también en los sistemas sanitarios y las economías en general.

La disparidad de género en la prevalencia de la migraña es particularmente llamativa. Las mujeres tienen hasta tres veces más probabilidades de sufrir migrañas que los hombres, una diferencia que se atribuye en gran medida a las fluctuaciones hormonales a lo largo del ciclo menstrual, el embarazo y la menopausia (Steiner et al., 2020). Esta susceptibilidad biológica contribuye a una mayor frecuencia de las migrañas, una mayor intensidad del dolor y una mayor duración de los ataques en las mujeres, lo que agrava el impacto funcional y emocional en este grupo demográfico.

En Estados Unidos, las migrañas afectan a aproximadamente 39 millones de personas , lo que equivale a aproximadamente el 12 % de la población (Buse et al., 2013). Esta prevalencia se traduce en una carga económica significativa debido a la pérdida de productividad, el aumento de las visitas médicas y la alta demanda de tratamiento continuo. Buse et al. (2013) informaron que quienes padecen migraña crónica a menudo experimentan una disminución del rendimiento laboral, con ausencias frecuentes y una menor capacidad laboral.

La edad es otro factor crítico en la epidemiología de la migraña. La prevalencia de la migraña alcanza su punto máximo entre los 30 y los 49 años , coincidiendo con un período de la vida en el que las personas suelen afrontar intensas responsabilidades personales, profesionales y familiares (Lipton et al., 2023). Las consecuencias son de gran alcance y afectan no solo la salud del individuo, sino también su capacidad para contribuir plenamente en el contexto laboral y social.

Además, hallazgos recientes subrayan la influencia del nivel socioeconómico en el diagnóstico y los resultados del tratamiento . Las personas de entornos marginados, pertenecientes a minorías o con bajos ingresos se ven desproporcionadamente afectadas por el infradiagnóstico, el acceso limitado a atención especializada y los regímenes de tratamiento inadecuados (Vieira et al., 2025). Estas disparidades ponen de relieve las barreras sistémicas que pueden agravar la carga de enfermedad en las poblaciones vulnerables y enfatizan la necesidad de soluciones sanitarias más equitativas.

En conjunto, estos conocimientos epidemiológicos refuerzan la necesidad urgente de una mayor concienciación, educación específica y políticas de atención sanitaria inclusivas que prioricen el acceso, el diagnóstico temprano y el tratamiento sostenido para todas las poblaciones afectadas por la migraña.


Factores de riesgo

Influencias genéticas

La genética desempeña un papel fundamental en la susceptibilidad a la migraña. Las investigaciones han demostrado sistemáticamente que las migrañas tienden a agruparse en familias, y aproximadamente entre el 70 % y el 80 % de las personas con migraña informan tener un familiar de primer grado con una afectación similar (Gormley et al., 2016). Este fuerte patrón hereditario subraya la importancia de los factores genéticos tanto en la aparición como en la recurrencia de los ataques de migraña.

Los estudios de asociación del genoma completo (GWAS) han identificado más de 40 loci genéticos asociados con la migraña, lo que arroja luz sobre las vías biológicas implicadas en la regulación del dolor, el control vascular y la excitabilidad neuronal (Gormley et al., 2016). Cabe destacar que la migraña hemipléjica familiar (MFH) , un subtipo hereditario poco común de migraña con aura, se ha vinculado a mutaciones en genes como CACNA1A, ATP1A2 y SCN1A , que afectan la función de los canales iónicos y la liberación de neurotransmisores. Estos hallazgos validan el papel de las canalopatías en la patogénesis de la migraña y ofrecen dianas prometedoras para estrategias de tratamiento individualizadas.

Comprender la base genética de la migraña puede brindar información para la evaluación de riesgos en las familias y respaldar los enfoques de medicina personalizada , en particular para aquellos con síndromes de migraña de aparición temprana o resistentes al tratamiento.


Factores hormonales y relacionados con el género

La migraña afecta desproporcionadamente a las mujeres , con una prevalencia tres veces mayor que la de los hombres, una tendencia que se acentúa durante la edad reproductiva (Steiner et al., 2020). Las fluctuaciones hormonales, en particular la supresión de estrógenos , son ampliamente reconocidas como un importante desencadenante de las crisis de migraña en las mujeres. Estas fluctuaciones ocurren cíclicamente durante el ciclo menstrual y también durante eventos vitales importantes como el embarazo , la recuperación posparto y la menopausia (Lechowicz et al., 2025).

Esta sensibilidad hormonal ayuda a explicar la aparición de la migraña menstrual , que suele aparecer en los días cercanos a la menstruación y tiende a ser más intensa, más duradera y menos sensible al tratamiento convencional. Curiosamente, los síntomas de la migraña suelen mejorar durante el embarazo , especialmente en el segundo y tercer trimestre, cuando los niveles de estrógeno son más estables (Lechowicz et al., 2025).

Estas observaciones respaldan la teoría de que la modulación estrogénica influye en el umbral del dolor, la excitabilidad cortical y el tono vascular, todos ellos implicados en la fisiopatología de la migraña. En consecuencia, los factores hormonales no solo afectan la prevalencia de la migraña, sino que también influyen en su gravedad, frecuencia y respuesta al tratamiento , lo que justifica estrategias de manejo personalizadas para mujeres en las distintas etapas de la vida.


Factores desencadenantes ambientales y de estilo de vida

Más allá de las influencias genéticas y hormonales, los factores ambientales y conductuales contribuyen significativamente a la frecuencia e intensidad de los episodios de migraña. Muchos pacientes reportan desencadenantes específicos , aunque estos pueden variar considerablemente entre individuos e incluso a lo largo del tiempo. Los desencadenantes ambientales comunes incluyen:

  • Cambios climáticos (cambios de presión barométrica)

  • Luces brillantes o parpadeantes

  • olores fuertes

  • ruidos fuertes

  • Grandes altitudes o mala calidad del aire (Ezzati et al., 2025)

En cuanto a los hábitos de vida, la mala higiene del sueño , los patrones alimentarios irregulares , la deshidratación , el consumo excesivo de cafeína y el consumo de alcohol se asocian frecuentemente con el desencadenamiento de las crisis. Además, el estrés psicológico sigue siendo uno de los desencadenantes más comunes y suele asociarse tanto con la aparición como con el empeoramiento de los síntomas de migraña (Ezzati et al., 2025). La activación del eje hipotálamo-hipofisario-adrenal (HPA) relacionada con el estrés puede exacerbar la hiperexcitabilidad y la inflamación corticales, ambas características clave en la patogénesis de la migraña.

Las plataformas digitales de monitorización de la salud, como se ha explorado en estudios recientes como HeAD-US, se están empleando para rastrear y analizar los desencadenantes de la migraña en tiempo real , lo que permite estrategias de prevención personalizadas (Ezzati et al., 2025). Estas herramientas permiten a los pacientes reconocer patrones, modificar rutinas y minimizar la exposición a riesgos ambientales y conductuales conocidos.


Fases de una migraña

Las migrañas no son episodios aislados de cefalea, sino episodios neurológicos complejos y multifásicos que suelen desarrollarse en una secuencia predecible. Reconocer y comprender las etapas de una migraña puede facilitar su diagnóstico temprano, permitir una intervención oportuna y mejorar los resultados a largo plazo de las personas afectadas. Las investigaciones indican que las migrañas suelen progresar a través de cuatro etapas distintas , cada una marcada por síntomas y cambios fisiológicos únicos (Buse et al., 2019).

1. Fase de pródromo: El sistema de alerta temprana

La fase pródromo , a veces denominada etapa "precefalea", puede comenzar horas o dos días antes del inicio del dolor. Aunque sutiles, los síntomas de esta fase son indicadores significativos de un ataque de migraña inminente. Las características comunes incluyen:

  • Fatiga

  • Irritabilidad

  • Rigidez del cuello

  • Dificultad para concentrarse

  • Antojos de comida

  • bostezando

  • Aumento de la sed y la micción.

Según Buse et al. (2019), las personas que identifican estos signos tempranos pueden potencialmente iniciar estrategias preventivas, como ajustes de comportamiento, medicación o modificaciones del estilo de vida, para disminuir la gravedad o incluso erradicar la migraña por completo . La fase pródromo refleja cambios neuroquímicos , particularmente en el hipotálamo y el sistema límbico, que participan en la homeostasis y la regulación emocional.


2. Fase del Aura: Alteraciones sensoriales y depresión cortical propagada

La fase de aura se presenta en aproximadamente entre el 25 % y el 30 % de las personas que sufren migraña y suele durar de 5 a 60 minutos . Suele preceder a la cefalea, pero en ocasiones puede coincidir con ella. Se cree que las auras son causadas por un fenómeno conocido como depresión cortical propagada , una onda de inhibición neuronal que recorre la corteza cerebral (Gormley et al., 2016). Esta fase se caracteriza por síntomas neurológicos transitorios, los más comunes:

  • Alteraciones visuales (p. ej., luces intermitentes, líneas en zigzag, escotomas)

  • Parestesia (p. ej., hormigueo o entumecimiento, generalmente en un lado del cuerpo)

  • Dificultades del habla o del lenguaje

  • Con menor frecuencia, se observan alteraciones motoras en subtipos raros como la migraña hemipléjica familiar.

Aunque el aura puede ser alarmante, suele ser reversible y se resuelve sin efectos a largo plazo. El reconocimiento preciso de los síntomas del aura es fundamental, especialmente para diferenciar las migrañas de afecciones neurológicas graves, como los accidentes isquémicos transitorios (AIT).


3. Fase de dolor de cabeza: el pico del dolor

La fase de cefalea es la etapa más reconocible y debilitante de un ataque de migraña. Generalmente dura entre 4 y 72 horas y se caracteriza por:

  • Dolor pulsátil o punzante , generalmente unilateral, pero que puede afectar a ambos lados.

  • Intensidad moderada a severa

  • Agravación por la actividad física rutinaria

  • Síntomas acompañantes como:

    • Náuseas y/o vómitos

    • Fotofobia (sensibilidad a la luz)

    • Fonofobia (sensibilidad al sonido)

Durante esta fase, las personas suelen necesitar aislarse en entornos oscuros y silenciosos , y pueden recurrir a medicamentos abortivos como triptanes, AINE o antagonistas del receptor CGRP más recientes para controlar el dolor (Lipton et al., 2023; Christensen et al., 2025). Si no se trata, esta etapa puede afectar gravemente el funcionamiento normal y la calidad de vida.


Consideraciones diagnósticas

El diagnóstico es principalmente clínico , basado en la historia clínica del paciente y los criterios de la Clasificación Internacional de Trastornos de Cefalea (ICHD-3) (Comité de Clasificación de Cefalea del IHS, 2018). Si bien las técnicas de imagen como la resonancia magnética o la tomografía computarizada no son necesarias de forma rutinaria, pueden utilizarse para descartar causas secundarias cuando existen señales de alerta.

Un diario de dolores de cabeza puede ser una herramienta poderosa para ayudar a los pacientes y proveedores a identificar patrones y desencadenantes.


Opciones de tratamiento

Tratamientos farmacológicos

Los medicamentos para la migraña generalmente se dividen en dos categorías:

  • Tratamientos agudos/abortivos : AINE, triptanes, gepantes y antieméticos utilizados durante la aparición de los síntomas para aliviar el dolor.

  • Tratamientos preventivos/profilácticos : betabloqueantes, anticonvulsivos, antidepresivos e inhibidores del péptido relacionado con el gen de la calcitonina (CGRP) , que tienen como objetivo reducir la frecuencia de los ataques (Christensen et al., 2025).

Terapias no farmacológicas

Enfoques complementarios como la acupuntura, el yoga, la atención plena y la biorretroalimentación han demostrado ser eficaces, especialmente cuando se combinan con medicación (Lechowicz et al., 2025).

Los suplementos nutricionales que incluyen magnesio, riboflavina (B2) y coenzima Q10 se utilizan cada vez más y existen evidencias que respaldan su eficacia.


Impacto social y personal

Función diaria y empleo

Las migrañas son una de las cinco principales causas de años de vida con discapacidad en todo el mundo (Steiner et al., 2020). La naturaleza impredecible de los ataques puede provocar ausencias laborales, reducción de la productividad y aislamiento social. Estudios demuestran que hasta el 50 % de quienes padecen migraña tienen dificultades para mantener un empleo a tiempo completo (Buse et al., 2013).

Salud social y emocional

La naturaleza crónica de la migraña contribuye a un mayor riesgo de depresión, ansiedad y una menor calidad de vida . Los sistemas de apoyo públicos y laborales son esenciales para gestionar las cargas emocionales y físicas.


Prevención y direcciones futuras

Las estrategias de prevención incluyen:

  • Patrones consistentes de sueño, hidratación y alimentación

  • Manejo del estrés mediante terapias conductuales

  • Evitar los desencadenantes conocidos

  • Uso de medicamentos preventivos para pacientes crónicos

Las investigaciones emergentes se centran en el perfil genético, el seguimiento digital de síntomas y los dispositivos de neuromodulación no invasivos , ofreciendo esperanzas para una atención más personalizada y efectiva (Ezzati et al., 2025; Lempert, 2025).


Conclusión

La migraña es un problema de salud pública importante, aunque a menudo poco reconocido. Debido a su amplio impacto en las personas, las familias y la sociedad, es imperativo mejorar la concienciación, los sistemas de apoyo y las opciones de tratamiento. Ya sea mediante cambios en el estilo de vida, terapias médicas o innovaciones emergentes, quienes viven con migraña pueden lograr un mayor control y una mejor calidad de vida.


Productos NatraCure para el alivio de la migraña

Las migrañas son eventos neurológicos complejos que a menudo requieren un enfoque multimodal para su manejo. Si bien los tratamientos médicos son esenciales, la terapia de frío, las ayudas para el descanso y los productos de confort basados en la temperatura pueden brindar un alivio considerable durante las distintas fases de la migraña, especialmente para síntomas como dolor de cabeza, fotofobia y fatiga. En NatraCure, ofrecemos herramientas de apoyo no invasivas que se ajustan a los últimos conocimientos clínicos sobre el tratamiento de la migraña.

A continuación, se presentan tres productos NatraCure seleccionados por expertos que pueden ayudar a controlar los síntomas de la migraña de forma natural y eficaz:


1. Compresa fría de gel mediano FlexiKold®

Ideal para: Alivio del dolor de migraña aguda durante la fase de dolor de cabeza.

La terapia de frío es reconocida desde hace tiempo por su capacidad para reducir la actividad nerviosa, la inflamación y la dilatación vascular , tres mecanismos clave del dolor migrañoso. La compresa fría de gel FlexiKold Medium proporciona una terapia de frío firme pero flexible que se puede aplicar en el cuello, la frente o las sienes , proporcionando un alivio inmediato y sin medicamentos.

  • Beneficios:

    • El gel líder en la industria se mantiene frío por más tiempo

    • Se adapta cómodamente a los contornos de la cara o el cuello.

    • Ideal para reducir la intensidad de la migraña y calmar los nervios hiperactivos.

Úselo durante la fase de dolor de cabeza o posdromo , cuando el confort refrescante puede aliviar el dolor persistente y promover la recuperación.


2. Gorro refrescante de gel avanzado

Ideal para: Alivio total de la cabeza durante ataques de migraña con síntomas intensos.

Diseñado específicamente para quienes sufren de migraña , el gorro refrescante de gel avanzado proporciona una compresión refrescante de 360° alrededor del cuero cabelludo, la frente y el cuello. Su ajuste ceñido, similar al de un gorro, rodea las zonas de dolor más comunes durante los ataques de migraña, como la presión detrás de los ojos, las sienes y la región occipital.

  • Beneficios:

    • Proporciona terapia de frío total para la cabeza sin necesidad de sujetarla ni reposicionarla.

    • Ajuste elástico y cómodo que se adapta al descanso o a la posición acostada.

    • Se puede usar tanto en entornos claros como oscuros.

Esta gorra es particularmente útil durante episodios de migraña de moderados a severos , cuando se necesita un enfriamiento multiobjetivo para aliviar el dolor y estimular la relajación.


3. Mascarilla térmica para ojos

Ideal para: aliviar las fases pródromo o posdromo , la fatiga ocular y los desencadenantes relacionados con el estrés.

Las migrañas suelen comenzar o terminar con tensión en la cara, los senos paranasales o los ojos . La mascarilla térmica para ojos proporciona una suave terapia de calor que puede reducir la fatiga ocular , aliviar la presión sinusal y promover la calma del sistema nervioso. Es especialmente útil durante la fase de alerta temprana ( pródromo ) o en la fase de recuperación ( postdromo ), cuando persisten síntomas como la fatiga, la tensión y la confusión mental.

  • Beneficios:

    • Reutilizable y activado por calor para un calor suave y relajante.

    • Bloquea la luz, un desencadenante importante para quienes sufren migraña.

    • Promueve un sueño reparador y la relajación de los músculos faciales.

Ideal para quienes experimentan migrañas provocadas por estrés o prefieren la terapia de calentamiento como parte de su rutina de bienestar.


Por qué funcionan estas herramientas

Estudios clínicos respaldan el uso de la terapia térmica , especialmente la aplicación de frío en la cabeza y el cuello, como complemento seguro y eficaz a los tratamientos farmacológicos para las migrañas (Buse et al., 2019; Lipton et al., 2023). Muchos pacientes informan que enfriar la cabeza o la cara durante un episodio reduce la intensidad del dolor y acorta la duración de los ataques.

Al integrar los productos NatraCure en su plan de manejo de la migraña, puede:

  • Mejorar la comodidad durante los ataques agudos

  • Reducir la dependencia de la medicación para episodios leves a moderados

  • Favorecer una recuperación más rápida después de la migraña

Cada producto ofrece un alivio versátil y basado en evidencia, brindando comodidad cuando más se necesita.


Preguntas frecuentes (FAQ)

1. ¿Cuáles son los primeros signos de que está comenzando una migraña?

La fase más temprana de una migraña, conocida como pródromo , puede comenzar horas o incluso días antes de que aparezca el dolor de cabeza. Los primeros síntomas comunes incluyen:

  • Cambios de humor (por ejemplo, irritabilidad o depresión)

  • Antojos de alimentos específicos

  • Rigidez del cuello

  • Bostezos o fatiga

  • Aumento de la sed o la micción
    Reconocer estos signos permite una intervención temprana, que puede prevenir o reducir la gravedad del ataque (Buse et al., 2019).


2. ¿Cómo puedo diferenciar una migraña de un dolor de cabeza normal?

Las migrañas difieren de las cefaleas tensionales típicas tanto en intensidad como en síntomas . El dolor migrañoso suele ser:

  • Pulsante o palpitante

  • Unilateral , aunque puede afectar a ambos lados

  • Acompañado de náuseas , vómitos y sensibilidad a la luz o al sonido.

Por el contrario, los dolores de cabeza tensionales suelen ser bilaterales, menos graves y no están asociados con náuseas o sensibilidad sensorial (Lipton et al., 2023).


3. ¿Pueden los niños sufrir migrañas?

Sí, los niños y adolescentes pueden sufrir migrañas, aunque sus síntomas pueden ser diferentes a los de los adultos. Los pacientes más jóvenes pueden presentar:

  • Dolor abdominal (a veces llamado migraña abdominal)

  • Sensibilidad a la luz y al sonido

  • Cambios de humor o fatiga
    El diagnóstico adecuado puede ser un desafío, pero la identificación y el tratamiento tempranos son cruciales para minimizar las alteraciones a largo plazo (Steiner et al., 2020).


4. ¿Existen alimentos específicos que desencadenan migrañas?

Ciertos alimentos y aditivos se asocian comúnmente con el desencadenamiento de migrañas. Entre ellos se incluyen:

  • Quesos curados

  • Carnes procesadas (nitratos)

  • Alcohol, especialmente vino tinto

  • Alimentos que contienen glutamato monosódico (GMS)
    Los desencadenantes pueden variar mucho entre individuos, por lo que se recomienda llevar un diario de dolores de cabeza para identificar sensibilidades personales (Ezzati et al., 2025).


5. ¿Las migrañas son hereditarias?

Sí, las migrañas tienen un fuerte componente genético . Hasta el 80 % de las personas con migrañas tienen un familiar de primer grado que también las padece. Algunos subtipos, como la migraña hemipléjica familiar , están directamente relacionados con mutaciones genéticas específicas (Gormley et al., 2016).


6. ¿Por qué las mujeres se ven más afectadas por las migrañas que los hombres?

Las mujeres tienen aproximadamente tres veces más probabilidades de sufrir migrañas debido a las fluctuaciones hormonales relacionadas con la menstruación, el embarazo y la menopausia. Se cree que el estrógeno desempeña un papel clave en el aumento de la susceptibilidad y la gravedad de los ataques (Lechowicz et al., 2025).


7. ¿Cuáles son los tratamientos más efectivos para la migraña?

El tratamiento de la migraña generalmente se divide en dos categorías:

  • Tratamientos agudos , como AINE, triptanes y medicamentos contra las náuseas.

  • Tratamientos preventivos , incluidos betabloqueantes, anticonvulsivos, inhibidores del CGRP y modificaciones del estilo de vida.
    Los planes de tratamiento deben individualizarse según la frecuencia de la migraña, la gravedad y la respuesta a terapias previas (Christensen et al., 2025; Buse et al., 2019).


8. ¿Existe cura para las migrañas?

Actualmente, no existe una cura definitiva para las migrañas. Sin embargo, una combinación de tratamiento médico , cambios en el estilo de vida y control de los desencadenantes puede reducir significativamente la frecuencia e intensidad de los ataques, permitiendo que la mayoría de las personas controlen sus síntomas eficazmente (Steiner et al., 2020).


9. ¿Pueden los cambios en el estilo de vida ayudar a prevenir las migrañas?

Por supuesto. Los cambios comunes en el estilo de vida que pueden reducir la frecuencia de las migrañas incluyen:

  • Mantener un horario de sueño regular

  • Mantenerse hidratado

  • Cómo evitar saltarse comidas

  • Manejo del estrés mediante técnicas de relajación como la atención plena o el yoga.
    Estos cambios, junto con la identificación y evitación de los desencadenantes conocidos, pueden ser muy eficaces en la prevención a largo plazo (Ezzati et al., 2025).


Referencias

Buse, DC, Manack, A., Fanning, KM, Serrano, D., Reed, ML, Turkel, CC y Lipton, RB (2013). Prevalencia de la migraña crónica, discapacidad y factores sociodemográficos: Resultados del Estudio Americano de Prevalencia y Prevención de la Migraña. Headache , 52(10), 1456–1470. https://doi.org/10.1111/head.12093

Buse, DC, Muenzel, EJ, Zagar, AJ, et al. (2019). Tasas y factores de riesgo de progresión de la migraña: Resultados del estudio OVERCOME. Cefalea: Revista del Dolor de Cabeza y Cara . https://doi.org/10.1111/head.14925

Christensen, RH, Melchior, AG, Al-Khazali, S., et al. (2025). Epidemiología y características clínicas de la neuralgia occipital: Una revisión sistemática. Cefalalgia , 45(2), 109–123. https://doi.org/10.1177/03331024251317595

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Gormley, P., Anttila, V., Winsvold, BS, et al. (2016). Un metaanálisis de 375.000 individuos identifica 38 locus de susceptibilidad a la migraña. Nature Genetics , 48(8), 856–866. https://doi.org/10.1038/ng.3598

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